Buscador de Articulos

jueves, 31 de octubre de 2013

Lo importante no es lo que nos sucede

…sino la actitud que tomamos frente a lo que nos sucede. Lo que nos sucede no lo podemos cambiar: sucedió y punto. Es a partir de aquí cuando las cosas nos dan la oportunidad de tomar protagonismo y decidir qué hacemos frente a lo sucedido, cómo nos lo tomamos.
Llevemos esta reflexión al contexto actual, un entorno tremendamente dinámico, cambiante, incierto, desconcertante, apasionante… (pónganse aquí todos los calificativos que deseen). Nos guste o no, las cosas vienen dadas así y no queda más remedio que aceptarlas. Cada día que pasa el mundo nos ofrece elementos nuevos que condicionan nuestro modo de vivir y ponen en entredicho aquel sueño que anhelábamos lograr, obligándonos a plantear nuevas metas. Gran parte de los cambios tienen su origen en herramientas tecnológicas y así seguirá siendo en lo que nos queda por vivir, no lo duden. Frente a esta situación podemos adoptar dos posturas: “enfadarnos con el mundo” y optar por una mantener una postura de protesta constante (ser reactivos) o bien asumir los hechos tal y como nos vienen y buscar las oportunidades que pueda haber ocultas tras el cambio (ser proactivos). Veamos ambas posturas:

lunes, 28 de octubre de 2013

LAS TRAMPAS DE LA ATENCIÓN

Por: Aníbal Basurto Amparano*
“Ay de aquel capacitador o consultor que se atreva a ofrecerle a las empresas un programa para mejorar sus servicios si no sabe de procesos…” ABA

En alguna ocasión comentaba en esta columna, que en nuestra región: “el servicio no es malo, simplemente no existe”.
Una economía como la nuestra, que tiene su sustento en el pasado inmediato en la agricultura y la ganadería, acusa los efectos de las actividades primarias en el sentido de generar una cultura de servicio deficiente; sin embargo, a pesar de que han pasado ya dos décadas, desde que la locomotora del desarrollo regional han dejado de ser los quehaceres que tienen que ver con el agro y la cría de ganado, Sonora sigue acusando una cultura de servicio más bien pobre.

En los escasos intentos que se han realizado para atacar este problema, que genera pérdida de competitividad de las empresas sonorenses, existe un desenfoque no solo en las soluciones que se plantean, sino también en sus diagnósticos. Dicha confusión se da al pensar que la atención es lo mismo que el servicio, o al suponer que aquél es más importante que éste.

 Muchos empresarios suponen que al mejorar el “trato” que le dan al cliente, es suficiente para que éste esté contento; nada más alejado de la realidad: veamos por qué.

martes, 22 de octubre de 2013

LOS MICRONEGOCIOS


Por: Anibal Basurto Amparano 
“Tarde o temprano, todas las empresas se desbaratarán en pequeñas unidades de negocios, trabajando de forma de red, recomponiéndose continuamente de acuerdo a las señales del mercado…”  ABA


Una de las cualidades más importantes de las empresas de nuestros días, es la velocidad.
En realidad, la capacidad de respuesta es el factor más determinante de la competitividad de las organizaciones del siglo XXI.
Para que una empresa pueda poseer esta cualidad, tiene dos alternativas: ser una entidad pequeña o desbaratarse en pequeñas unidades de negocio.


Si estamos al frente de una empresa pequeña, ya tenemos de manera natural, una gran ventaja en esta economía caracterizada por la capacidad de respuesta; si estamos, en cambio, dirigiendo una empresa grande, nuestra preocupación debe ser: cómo desbaratarla en pequeños micronegocios, donde cada uno asuma esa velocidad necesaria para competir, bajo las reglas del juego de la nueva economía.
 
Por paradójico que parezca, ser una empresa grande en nuestros días, constituye una de las grandes debilidades de los tiempos que corren: las grandes organizaciones, en mercados turborápidos, se presentan torpes y lentas; con pocas posibilidades de sobrevivir.

Si nuestra empresa es pequeña, tenemos grandes ventajas para enfrentar el presente, no así el futuro.
El estado natural de una empresa, es su crecimiento: una organización que no está creciendo, está decreciendo. El estancamiento no existe para una compañía. La analogía de una empresa se acerca a la de un río, no a la de un lago: los ríos presentan un contínuum en su flujo de agua; los lagos, presentan un estancamiento aparente del vital líquido.