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viernes, 27 de marzo de 2015

NO USAR SU PROPIO PRODUCTO: LA RUTA MÁS PRÓXIMA A LA MUERTE DE LOS DESARROLLADORES DE SOFTWARE

“El abismo entre lo que se piensa y lo que se desarrolla, y no usar su propio producto, es la ruta mas próxima a la muerte de las organizaciones desarrolladoras de software” ABV

Muchas veces nos preguntamos, ¿Por qué no se está vendiendo nuestro software, si estamos utilizando la mejor tecnología? ¿Pero qué es lo que pasa, si nuestro producto tiene mejores funcionalidades que el que está en la cúspide? ¿Si tiene mejor diseño, por qué compran otro más caro?, ¿Por qué no pagan el nuestro, si lo vendemos más barato?

Las respuestas a estas preguntas pueden tener diversas variables, sin embargo, uno de los factores más importantes y que pocos analistas consideran, es que las mismas empresas no conocen realmente la necesidad de sus propios mercados.

¿Pero por qué pasa esto?
Porque están tan ocupados preparando su producto que nunca les toca estar del otro lado de la barra y consumirlo en la misma escala en que lo hace el consumidor; porque creemos que haciendo pruebas absurdas y superficiales ¡tenemos todo bajo control!

¿Y a qué se debe esto?
Al gran abismo que existe entre las personas que ubican las necesidades y planean la funcionalidad del software (usuarios) y los que lo maquilan o programan (programadores).  

Sumado a lo anterior, nos pasamos horas y horas diseñando y creando herramientas ¡que jamás vamos a utilizar!

Es por eso que mientras no se reduzca esa inmensa brecha que existe entre lo que se piensa y lo que se hace, jamás se podrá programar un desarrollo informático que cumpla al 100% con los requerimientos de sus consumidores finales.

La otra parte interesante, es que, aunque lográramos encontrar el punto de coexistencia entre quien que lo diseña mentalmente y el que lo aterriza, sigue habiendo un factor muy importante: mientras no lo conozcamos por dentro, ni lo suframos ni lo batallemos todos los días como consumidores del producto, difícilmente nos daremos cuenta de sus carencias.

¿Pero qué podemos hacer, si en nuestra empresa no sabemos de programación y no tenemos la necesidad de usar nuestro propio producto?

1. Invertir el tiempo necesario, en transferir la idea y el contexto que la rodea, al equipo de programadores que se encargará de hacer esa idea una realidad tangible.

2. Asignar al equipo de desarrolladores, la tarea obligatoria de utilizar, desde el punto de vista del cliente, la herramienta que se esté desarrollando.

3. Utilizar, como empresa y de manera constante e ininterrumpida, el desarrollo que estemos vendiendo, pues, ¿qué mejor manera que sufrir las carencias del mismo que desde dentro, para ofrecer mejores soluciones?

4. Evaluar constantemente el producto con el consumidor final y tomar acciones inmediatas y concretas, para satisfacer las necesidades descubiertas.

5. En caso de que la empresa no tenga la necesidad o no pueda utilizar el desarrollo por el giro del negocio, tener una empresa piloto, con la que se esté monitoreando con lupa, el desempeño del software.


*Director del Centro de Desarrollo Tecnológico del Instituto Empresa Inteligente.
Jesús Basurto Valenzuela

México

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