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martes, 29 de marzo de 2016

LA GENERACIÓN DE VALOR EN LAS EMPRESAS




Todos los días vemos como dentro de las empresas se realizan operaciones de compra venta en mayor o menor escala, y es interesante apreciar como al final del día lo realmente importante para la mayoría, resulta en saber cuánto se ha vendido, y dependiendo de ese resultado es como medimos en términos generales si fue un buen o un mal día para la organización.


Hablando de resultados es claro que tenemos que medir esos indicadores de ventas, ya que nos dan referencia sobre cómo hicimos las cosas y si estamos en el camino correcto para lograr lo que buscamos, sin embargo, los resultados de final, los números que todos analizamos, no son los únicos ni los más importantes para un director de negocios.

Es muy común encontrar empresas u organizaciones, que dan mucha importancia a los resultados, sin atender lo que hay detrás del logro o no logro de dichos resultados. Pero, ¿alguna vez has reflexionado y trabajado sobre la causa que les da vida a dichos números? Probablemente no, y de ser así formarías parte de la gran mayoría de empresarios o directivos que no buscan solucionar los problemas de resultados yendo al fondo del asunto.


Es relativamente fácil tomar acciones en consecuencia, cosa que no sucede cuando se hace análisis y se buscan soluciones de raíz, por ello, resulta más cómodo actuar para corregir un error, que hacerlo para prevenir futuras afectaciones.


Pero surge entonces la interrogante, ¿Cuáles son las causas que originan la falta de resultados empresariales?, la respuesta es sencilla pero la implementación es compleja, ya que todo reside en las personas y los procesos de las organizaciones.


El valor que se genera dentro de una organización tiene su raíz en la persona, sin ella, no es posible transformar un insumo o servicio para ofrecerlo al cliente. Es cierto que en la actualidad hay procesos automatizados que no dependen de seres humanos, sin embargo, un ser inteligente tuvo que estar detrás de dicha automatización y seguimos ubicando el verdadero valor en una persona.


Entonces, si el valor lo genera la persona, ¿por qué enfocar nuestros esfuerzos de mejora, en asuntos que nada tienen que ver con la gente? Si bien es cierto que hay elementos indispensables para toda organización, no debemos perder de vista que el equipo humano es quien requiere mayor atención y preparación para mejorar nuestros resultados globales.


Habiendo clarificado cual es la verdadera raíz del valor en las empresas, seguiremos con otro elemento vital para el logro de nuestros resultados: los procesos.


¿Por qué son tan importantes los procesos?

Los procesos son importantes porque de ellos depende el producto o servicio que entregaremos a nuestro cliente, es decir, si hacemos bien o mal nuestros procesos, el cliente lo verá reflejado en nuestro producto final.


Y si sabemos que la gente y los procesos son los elementos que definen las causas de nuestros resultados, lo siguiente sería ver que podemos hacer para mejorar la calidad de nuestra gente y de nuestros procesos, para que, con ello, el cliente obtenga un mejor producto o servicio y en consecuencia vendamos más, mejorando así nuestros indicadores financieros.


La causa produce grandes efectos, entonces la sugerencia es, trabajar en resolver la problemática urgente de nuestro presente sin perder de vista lo importante: la preparación para mejorar nuestros resultados en un futuro no muy lejano.


Patricia J. Basurto Valenzuela

Bufete Empresa Inteligente

Consultor asociado

miércoles, 16 de marzo de 2016

En el siglo XXI, el aprendizaje no es el medio para hacer mejor el trabajo, es el trabajo mismo…ABA


Durante casi dos décadas, quienes integramos el Movimiento de la Empresa Inteligente, hemos puesto sobre la mesa nuestra propuesta al mundo empresarial y académico, la nueva organización para la sociedad postindustrial: la organización del conocimiento.


Hoy día, en que más y más líderes en el mundo entero cuestionan a la vieja empresa piramidal, vale la pena reflexionar sobre si la organización del conocimiento es una moda que pasará pronto o es una tendencia que llegó para quedarse.
Son éstos, tiempos de muchos datos, de demasiada información, es importante no perderse, y para ello, es bueno recurrir al viejo recurso de los conceptos.

La diferencia

Las modas duran poco tiempo y son de corto plazo; las tendencias por su parte, permanecen por largos plazos, incluso generaciones completas.
Las modas surgen de arriba para abajo, son impuestas; por lo contrario, las tendencias surgen de abajo para arriba... de las bases de la sociedad.
Las modas son guiadas por las élites; las tendencias, surgen de las masas. Transforman sin posibilidades de retorno, todo el quehacer de la superestructura social; llegan para quedarse.

Las certificaciones, por ejemplo, son modas; en cambio, la intrusión del cliente en la vida de las empresas, es una tendencia que no tiene reversa.

Quienes dirigimos organizaciones del tipo que sea, debemos estar muy atentos para saber si estamos envueltos en modas o tendencias.

La regla debe ser muy clara: si lo que ocurre a nuestro alrededor es una moda, simplemente no debemos involucrarnos en ella; si por el contrario, estamos ciertos de que lo que se desguaza sobre nosotros es una tendencia, entonces, debemos, no solamente aprestarnos a entenderla a profundidad, sino buscar colocarnos frente a ella, pues si lo hacemos adecuadamente, nos aseguramos un lugar en el futuro inmediato.

A los integrantes del Movimiento Empresa Inteligente, nos queda claro que la era, la sociedad y la organización del conocimiento, no son simples modas: constituyen una megatendencia, que habrá de redefinir todas las bases de la supra estructura mundial; así lo planteamos en un libro que escribimos al respecto en el año 2005, y así lo seguimos promoviendo en nuestro quehacer cotidiano, como educadores de empresarios, directivos y operarios de las organizaciones públicas y privadas.

Las 4 tendencias en las organizaciones


Para el dirigente de empresa, que quiera darle un rumbo seguro hacia la competitividad, a la institución que dirige, es bueno que conozca las cuatro tendencias que marcarán la vida de las organizaciones, por lo menos, en lo que resta del siglo XXI.

Primera tendencia: Las organizaciones se diseñan, planean y estructuran a partir del cliente.


El cliente cada vez aprende más y se hace más fuerte. La única manera en la que la empresa podrá sobrevivir y ser competitiva en los próximos años, es que su tasa de innovación sea más alta que la tasa de aprendizaje de sus clientes.

El cliente ya se desbordó y no hay marcha atrás; el cliente del siglo XXI va por todo; se reveló. Ya en 1929, José Ortega y Gasset, un egregio pensador español a quien se le conoce como el filósofo universitario, en su libro: “La rebelión de las masas”, planteaba que en su evolución inexorable, las masas se iban a revelar; ya lo están haciendo y las organizaciones tendrán que alinearse a sus demandas o simplemente desaparecerán.

Segunda tendencia: El trabajador de las empresas decidirá sobre el proceso y será dueño de una parte de los medios de producción.

Las empresas que sobrevivirán en futuro próximo, serán aquellas que permitan y promuevan que el trabajador libere su potencial humano en las organizaciones, donde pasa la tercera parte de su vida.

La era industrial sembró una gran masa de entes sin arte, pensamiento ni decisión en las empresas. El empleado de inicios del siglo XXI, sigue siendo hasta hoy, un sujeto sin libertad, pues dentro de la empresa, no es dueño de nada y no decide nada.

La tendencia es que el trabajador, contaminado por un cliente que ya se rebeló, poco a poco se irá inconformando también, llenando los espacios que hasta ahora ocupan funcionarios que no les permiten decidir sobre el proceso ni poseer los medios de producción intangibles.

Tercera tendencia. Las organizaciones piramidales y los puestos desaparecerán.
Las empresas se desbaratan en base a micro negocios; se desagregan en pequeñas unidades de trabajo, donde cada una conserva el ADN con que nació la organización.

Los departamentos o áreas se convierten en equipos de trabajo que se agrupan alrededor de procesos completos, dinámicos y flotantes; procesos que se recomponen constantemente, de acuerdo a las señales del mercado.

Los puestos, por su parte, están desapareciendo a una gran velocidad, pues éstos no le agregan ni un centavo de valor al cliente. Los puestos fueron diseñados para servir a un jefe, no a un cliente; sustituyendo a los puestos, se está gestando la figura de los procesos, que sí están planteados para servir a un cliente y que si le adicionan valor a éste.

Hoy día, la pirámide se ha convertido en una verdadera camisa de fuerza para el desarrollo de las empresas. La extinción de la estructura piramidal y la desaparición de los puestos, es inexorable.

Cuarta tendencia. Todos los integrantes de las organizaciones deben trabajar generando valor.

La tendencia en este sentido, se plantea en términos de que todos los directivos y operarios de la empresa, deben generar más de lo cuestan; cada uno debe generar riqueza continua de manera natural en las organizaciones donde presta sus servicios.

Los gerentes de las empresas se están volviendo caros, pues siguen pensando y actuando como administradores, que conservan, que administran la riqueza que se les entrega, pero no generan nueva riqueza; con los operarios, la historia no es diferente: en una época donde la riqueza se genera innovando, prácticamente ningún trabajador está creando nada.

La tendencia es que cada quien debe justificar su presencia en la empresa, generando valor para el cliente, para la empresa y para sí mismo.

Los principios.

Con todo lo anterior, el Movimiento Empresa Inteligente, propone 4 principios para guiarnos en estas tendencias.

Principio: Empresas…

1.- Enfocadas al cliente,

2.- Centradas en la persona

3.- Que trabajan en base a procesos

4.- Trabajan con criterio de resultados


Así, dejamos estas recomendaciones para los amigos empresarios que buscan guía en un mundo donde la información sobra, pero falta la certeza de ubicar cuál es la verdaderamente útil para sacar adelante sus empresas. ESSS……




Anibal Basurto Amparano
*Rector del Instituto Empresa Inteligente
*Director de Empresa Inteligente Asociación
abasurto@empresainteligente.com

jueves, 10 de marzo de 2016

LIDERAZGO Y SU CONTEXTO VISIONARIO


Bienvenidos, les comentaré sobre el liderazgo y su contexto visionario.
El líder debe realizar un liderazgo sobre ciertas bases fundamentales, para que se convierta en un buen líder. En primer lugar, debe conocerse a sí mismo. Es muy importante que un buen líder tenga sus objetivos personales bien definidos, sus objetivos profesionales y si está desarrollando una actividad en una empresa, estar también alineado con los objetivos de esa empresa. Y entonces eso es uno de los aspectos más importantes, yo diría que es el primero que debe tener un líder: conocerse a sí mismo. Para qué? Para que pueda tomar buenas decisiones; decisiones para lograr objetivos que son el deseo de lograr un resultado en un determinado tiempo. Entonces, para eso, debe de estar muy claro a donde debe dirigir su rumbo, desde el punto de vista profesional, y también si está coincidente con los objetivos de la empresa donde él está desarrollando la actividad, o la empresa que él mismo puede estar dirigiendo.

En segundo lugar, debe tener conocimiento de haber sido integrante de un equipo de trabajo en el cual se desarrolló como un colaborador y luego aprendió a ser líder dentro de aquel equipo de trabajo. Ya una vez que se desarrolló ahí como integrante de dicho equipo como colaborador,  le permitió también desarrollar relaciones humanas: ser solidario con sus compañeros, saber comunicarse, saber que trabajar en equipo el  objetivo común prima sobre el objetivo individual , y si ese líder tiene algunas características para poder dirigir un grupo, bueno cuando uno es integrante de un equipo de trabajo, aprende a obedecer, a acatar políticas, a acatar reglas y por lo tanto, se le hace más fácil el hecho de dirigir y liderar un equipo de trabajo.

Así también, el buen líder debe conocer sobre las influencias motivacionales de sus colaboradores o de sus seguidores, porque siempre debe estar midiendo como está su liderazgo en cuanto al equipo que él está dirigiendo: si está motivando o no, no solo en aspectos económicos, sino con reconocimientos, con otro tipo de situaciones que motivan a la gente, por ejemplo: asignar responsabilidades, delegar, y desarrollar algunas actividades o tareas en donde la gente le gusta sentirse participe y considerada.

Por otro lado, debe también saber de los comportamientos, de lo que es la conducta humana. Éste es un aspecto que hoy en día se está reflejando en todos aquellos líderes tanto de empresas privadas y públicas. En la actualidad,  vemos que las redes sociales cuando detectan que alguien se sale de su normal comportamiento lo reflejan en forma inmediata. Entonces tenemos que saber de lo que es el comportamiento, como es que nosotros debemos conducirnos cuando estamos liderando un equipo de trabajo o estamos representando a una empresa como líder.

Del mismo modo, debemos trabajar mucho en lo que se refiere a la credibilidad y confianza. Uno de los mayores obstáculos que tenemos como líderes cuando estamos desarrollando ese rol, es que no somos congruentes. Entonces, tenemos que aprender a ser muy congruentes en lo que decimos y hacemos. Algunas veces cometemos ciertos errores en ser congruentes, porque lo hacemos por distracciones o no nos dimos cuenta porque estamos cautivos en nuestro trabajo. Entonces como líderes, tenemos que estar muy preocupados de cuidar los detalles que nos afecten el ser congruentes en nuestro actuar. Las cosas que dice el líder que se tienen que cumplir por los demás; él es el primero que tiene que dar el ejemplo para eso; trabajar generando credibilidad y confianza es la obligación principal que debe tener un líder, es decir, es su Reto principal.

Otro de los aspectos que también tiene que desarrollar el buen líder, es mantener una permanente comunicación con sus colaboradores, una comunicación franca: decir la verdad siempre decir la verdad. Es mejor ponerse una vez colorado que diez veces amarillo, así dice el dicho. Y por lo tanto, eso genera mucha confianza, disminuye el radio pasillo, y al líder lo consolida más con el equipo de colaboradores: diciendo las cosas negativas como las cosas positivas, o las debilidades o fortalezas, lograr acuerdos y desacuerdos, pero permanentemente tiene que estar comunicando; como van hacia el objetivo que quieren alcanzar juntos. Por otra parte, ese buen líder debe saber delegar, lograr a través del convencimiento que algunos de sus colaboradores puedan desarrollar las actividades que él está haciendo: las pueden hacer ellos en el mismo esquema?  y probablemente muy bien a la primera sin errores, trabajando con rapidez, calidad, manteniendo bien claro que se deben cumplir las políticas de la empresa. Entonces este aspecto de delegar, que los demás hagan cosas que las que uno debería hacer y ya no hacerlas más, es un tema que hay que aprenderlo, hay que aplicarlo, para poder desarrollar un buen liderazgo.

Además de lo anterior, un buen líder debe saber cómo está la moral de su equipo de trabajo. La moral es el grado de satisfacción  dela gente. Están contentos? están entusiasmados? están motivados o desmotivados? eso permanentemente  se debe estar checando. Otro de los aspectos que el líder tiene que estar permanentemente enfrentando son los problemas y conflictos, y para eso también tiene que aprender que no solamente se solucionan los problemas y conflictos por la vía emocional,  sino que obligadamente deben ser afrontados y solucionados por la vía racional.

Finalmente, éste buen líder aparte de ser competente, debe ser ético y mostrar valores. En este sentido,  él  debe saber lo que es trabajar con Prudencia, Valentía, y Gratitud. Esos 3 valores hacen que un buen líder desarrolle un liderazgo, eficaz, eficiente, confiable, y que tenga seguidores en forma natural.

Resumiendo, para ser un buen líder, competente y ético, debemos abordar todos estos aspectos que se muestran en el esquema adjunto para que puedan desarrollarse mejor y puedan formar colaboradores que se conviertan en buenos líderes.

Nos vemos a la próxima con otro interesante tema..
                                                            
Ing. Adolfo Carvajal Galindo
Consultor Asociado del Bufete Empresa Inteligente